viernes, 26 de agosto de 2011

¿ELOCUBRACIONES O REALIDADES?

No sé porqué, quizás por aquellas cosas de la vida, no dejo de pensar que hay quien o bien no me quiere oír, o les molesto, o ni tan siquiera me quieren a su lado, haciendo gala con ello de una sublime hipocresía, cuando me uno a ellos.

Quizás esto sea porque, aún muchos no se han dado cuenta que las diferencias, mas nos deben de unir que separar y, como dice aquel refrán "Dios los cría y ellos se juntan".

Desde pequeño fui educado en entregar cuanto tengo, pues desnudo vine al mundo y sin nada me he de ir y lo poco que porte en mi cuerpo ya se encargarán otros de aliviar el peso. De ahí que a algunas personas, les cueste tanto oír mis "palabrerías", que dirán ellos, tachándome de loco, pues como decía Juan Manuel Serrat en su popular tema "Cada loco con su tema", así que, pobres de aquellos que ven locos a su alrededor, cuando quizás ellos viven en una comuna de locos, al no ser capaces de advertir, la necesidad que tenemos todos de todos para nuestro desarrollo personal y humano.

Allá donde voy o estoy, quienes me conocen y quieren, me dicen que voy haciendo el imbécil, pero no me he/han construido de otra forma. Está muy arraigado en mí el deber de servicio, sin búsqueda de honores o protagonismos, algo que por más, les sorprenden a quienes sí van, aparentando no ir, en la búsqueda de esas prebendas personales, tal como dice el refranero "El ladrón cree que todos son de su misma condición".

En fin, que sigo comiendo el tarro, pensando como dijo Mourinho ¿PORQUÉ?, ¿PORQUÉ?.

Eso me hace y no sé porqué, sentir celos y envidias de aquellos grupejos, que sin otro afán que alcanzar notoriedad, bajo una falsa apariencia de servicio, ríen, hablan y comentan a espaldas de la mayoría, como si de ellos dependiera la salvación de no sé qué.

Siempre ha de haber uno o varios bueyes que tiren del arado y otros que sigan el ritmo que marque el primero, y eso está bien, siempre y cuando el primero sepa que es su deber y obligación, no como guía sino como herramienta de un todo, sin el cual el arado no haría el surco en la tierra, esa tierra que si bien es labrada y sembrada, podrá dar frutos, más si la misma no tiene la profundidad suficiente, la siembra quedará demasiado al aire y ya sabemos lo que dice aquella famosa parábola del sembrador que pronunció el  ÚNICO GUÍA A SEGUIR.

Así que dejemos el mundo seguir girando, pues "de todo ha de haber en la viña del Señor", y solo Él "sabe escribir en renglones torcidos" y sólo Él sabe el porqué de las cosas y de las personas, aunque quizás, dejó la mano demasiado abierta cuando  expulsó a Adán y a Eva del paraíso, dejándonos a nuestro libre albedrío, eso sí bajo Su atenta mirada, siempre dispuesto a conducirnos al redil a poco que nos dejemos.

"A buen entendedor con pocas palabras bastan" y "Aquel que quiera oír que oiga"

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