Sigo pensando en lo vivido en la JMJ 2011, tras muchos meses oyendo de todo, ofreciendo quienes lo hacían, de todo. Todo era brillante y resplandeciente en un principio, pero como aquel metal plateado, que solo es puro metal que se baña en plata, con los meses, aquella ilusión, aquellas promesas, aquellas palabras fueron amarilleando.
Siempre he pensado y por más creo que es así, que Su Santidad es el sucesor de Pedro, es el primero de los apóstoles sobre la tierra, y que al igual que en cualquier día, lugar o momento, se debe a Dios, Su Hijo Jesús y Su Santísima Madre, es decir que está al servicio y por debajo de ellos.
Y si así entiendo la imagen del Papa, cuánto más humildes han de ser los que están en el orden jerárquico por debajo de él, a fin de cuentas uno y otros son personas humanas con defectos y virtudes, pero siempre se espera más de aquellos que han de ser nuestros pastores en un rebaño tan disgregado.
Y diréis vosotros, ¿a qué viene éste con eso?
Pues bastante sencillo, empezaré por el final de todo, o eso espero, porque la cosa quizás no dé para más.
Nos dijeron a los hermanos, que según habían conseguido y así se lo habían hecho llegar a las hermandades y cofradías participantes del Via Crucis de la JMJ 2011, el Santo Padre, pasaría en dos ocasiones: La primera camino de Cibeles, donde iría a 5 Km. hora y la segunda a su marcha, en la que pararía su vehículo en cada una de las representaciones del Vía Crucis para orar ante ellas, pues a fin de cuentas lo hace todos los días delante del crucifijo que tiene en su capilla particular, digo yo.
Pues bien tras los esfuerzos y avatares que a muchas cofradías y hermandades les ha supuesto realizar la exposición de sus "Sagrados Titulares" en las calles madrileñas, el "Papa", ni tan siquiera tuvo a bien hacer un gesto de bendición, ni a la ida ni a la vuelta, ni a las sagradas imágenes, ni a los representantes de las hermandades y cofradías. Daba igual el posible deterioro que la calor, la luz excesiva, el aire cálido, hubiera hecho sobre las tallas, o el calor que tuvieron que soportar, trajes en ristre, las personas que acompañábamos a nuestros titulares. Todo daba igual, el organizador del evento tenía la jubilación que buscaba, a costa de quienes somos servidores y mandados de la jerarquía.
No hubiera estado mal, haber tenido unos minutos para dedicarles unas palabras a estas instituciones, hermandades y cofradías, de siglos, que en España en especial, son o intentan ser y mantener viva la llama del cristianismo, mediante el culto a unas Sagradas Imágenes y ser baluartes del mensaje de Cristo, pues su posición en la sociedad, es si cabe, más cercana que la de algunas instituciones jerárquicas de la Iglesia. Tuvo gestos y reuniones con todos, pero con estas instituciones nada de nada, eso se le escapó a Rouco y los suyos.
Nos hemos de conformar con un escrito de agradecimiento y bendición a la antigua usanza. Perdonalmente hubiera preferido las palabras y el gesto del Santo Padre, pues quizás para ese menester igual hubiera sido igual de útil, un simple email, que además está más de moda.
No hubiera estado mal, haber tenido unos minutos para dedicarles unas palabras a estas instituciones, hermandades y cofradías, de siglos, que en España en especial, son o intentan ser y mantener viva la llama del cristianismo, mediante el culto a unas Sagradas Imágenes y ser baluartes del mensaje de Cristo, pues su posición en la sociedad, es si cabe, más cercana que la de algunas instituciones jerárquicas de la Iglesia. Tuvo gestos y reuniones con todos, pero con estas instituciones nada de nada, eso se le escapó a Rouco y los suyos.
Nos hemos de conformar con un escrito de agradecimiento y bendición a la antigua usanza. Perdonalmente hubiera preferido las palabras y el gesto del Santo Padre, pues quizás para ese menester igual hubiera sido igual de útil, un simple email, que además está más de moda.
Una jerarquía que por más en el caso más cercano, tan solo se movió para buscar cómo pagar los gastos concretos para que Jesús de las Misericordias estuviera en Madrid y poco más. De aquellos honores que nos hablaron para el Señor, nada de nada. Un pobre pontifical y vas que te matas.
Solos, sin pastor alguno entre nuestras filas, solos en Madrid, mientras otras cofradías y hermandades hacían gala de sus obispos y/o Directores Espirituales, el nuestro estaba excusado por motivos graves personales, ya le hubiera gustado estar.
Tan solo una breve visita de nuestro obispo, que por más tan solo se paró a charlar con las autoridades municipales y de la U.H. y al resto de hermanos que estábamos pasando los cuarenta y pico de grados con agua caliente, que nos dieran, no tuvo ni el gesto de acercarse a uno tan siquiera. Fue visto y no visto, la foto de rigor y poco más, que sus otras obligaciones le reclamarían, digo yo.
La Cruz y el Icono pasó por Jerez con más pena que Gloria, comparándola con otras poblaciones, la prensa absorta al evento que se nos venía encima, y desde el obispado, las mentes pensantes, pensando en no se qué. Eso sí para que la cosa no saliera cara al obispado ni a los hermanos que debían pagarse el viajecito, todos a 21 Km. del centro de Madrid, que ellos y los suyos estaban en Castellana. Vamos ni nuestra emisora municipal hizo acto de presencia, para otras cosas se encuentran patrocinadores que paguen los gastos, pero para éste, no hubo o no se quiso que hubiera. Solo hay que echar un vistazo a la prensa española y a otros medios de comunicación españoles, pero como para todo, en Jerez somos diferentes y quizás por ello así nos luzca el pelo allá donde vamos.
Y para colmo, en ninguna misa en San Isidro hizo acto de presencia. Lo dicho, MÁS SOLOS QUE LA UNA.
Al menos y tras interminables horas de carreras, cansancios y falta de sueño, tuvimos el mejor premio posible, el que realmente importaba: LA FE DE MADRID, DE ESPAÑA Y DE LOS PEREGRINOS, demostrada delante de nuestro Sagrado Titular y en su caminar por las calles madrileñas, además del arropo de nuestro barrio y de Jerez, de cuantos jerezanos en la diáspora o habiendo viajado acudieron en busca de Jesús y claro está de nuestra Andalucía que no nos quiso dejar solos, en especial a Él y a Ella.
Ahora entiendo y comprendo la carita de pena que se le quedó a Su Madre al verlo marchar. La preocupación de una madre que en cincuenta y tantos años, nunca lo había perdido de vista y que volvía a vivir aquella preocupación cuando se marchó al templo.
Pero al menos nos quedará en el recuerdo las vivencias personales y colectivas, el arco iris de color humano, de risas y cánticos, oraciones y deseos, que imperará sobre cualquier defecto propio o ajeno que haya podido observarse dentro y fuera de la JMJ 2011, desde sus inicios hasta su finalización.
Solo queda evaluar en lo personal y colectivo, pero entiendo que la primera evaluación y autocrítica constructiva, ha de partir de los órganos que iniciaron este acontecimiento mundial y ver la oportunidad que quizás han perdido de ayudar a solucionar ciertas cosas cercanas, en lugar de haber creado la controversia.