sábado, 25 de febrero de 2012

CONFIANZA

Continuando mi camino, en esta nueva semana de etapas entre riscos casi inalcanzables y llanos propiciados, me ha venido a la mente la palabra confianza, esa que tengo en Nuestro Señor y Su Santísimo Padre, pues cuanto más cuesta arriba o más imposible se ponía la etapa y más confianza iba perdiendo en mi mismo, la confianza que de siempre he tenido en Ellos, me ha hecho creer que ellos estarían ahí y no me dejarían desfallecer ni me dejarían tirado, como así ha sido.

Por ello, esta nueva página de mi diario, no puede ir dirigida a otra cosa que no sea LA CONFIANZA.

Siempre he creído que la confianza se basa en el conocimiento del ser humano, o no.

Confiar en alguien es dejarse caer, a sabiendas que habrá quien te sostenga, es quitarse el miedo a lo desconocido, pero claro, para eso primero hay que conocer uno mismo sus propios miedos y temores, pues en ocasiones, quizás demasiadas, pensamos más en "¿qué me sucederá?" que, precisamente, en el que se tiene detrás, delante o al lado de uno para apoyarse en él cuando se necesita, o no.

La confianza es saber valorar al que se tiene delante, es dar razón a que uno sólo por sí mismo es incapaz de sostenerse, de hacer las cosas, de conocerse y valorar muchas cosas de la vida.

Confiar en las personas, es duro, pues claro, ¿hay algo fácil en esta vida?. Cuántas puñaladas, cuántos tropiezos, cuántos sinsabores, cuantas interrogantes, cuántas dudas, cuántos palos. Pero, como dije a un joven no hace mucho, "Sí merece la pena, recibir esos palos". Nos hacen fuertes, nos hacen conocedores de nuestro aguante, nuestra resistencia, nuestra fe en uno mismo y en el prójimo.

La confianza es el útero en el que ponemos a nacer y crecer la semilla de la amistad, de la verdadera y auténtica amistad. No existe otro tipo, solo la verdadera amistad. esa palabra que con tanta alegría se suele utilizar, al igual que la de hermano, amigo, sin entrar a valorar el significado de ellas y luego vienen los errores.

Dicen que el roce hace el cariño, pues con más cariño si cabe hay que tratar a la confianza, esa confianza de creer en el otro, de darle oportunidades a acertar y equivocarse, pues en ambas se encuentra el crecimiento humano como personas. Todo lo demás son chichimonas de tres al cuarto que a la larga más nos quitan que nos dan.

Cuba no se ganó en un día, pues con la confianza pasa lo mismo, pero con una sola salvedad: La misma palabra CONFIANZA.

No hay que marcar los tiempos, si queremos tener confianza, ella es semilla salvaje que nace donde quiere y cuando quiere. No vale aquello de te doy mi confianza, te quito mi confianza, como si de un juego se tratara. Hay que ser confiado, claro que sí, hay que estar dispuesto a reconocer que la vida nos ha de dar palos, y hay que estar dispuesto a sufrir y a sacrificar, lo que somos, lo que tenemos, por lo que podamos llegar a ser y a tener. Es creer en el futuro, es dar tiempo al tiempo sin medidas, sin tiempos, como he dicho, es confiar en todo y todos, de otra manera no se entendería la confianza, más en aquellos que nos llaman o llamamos cristianos.

Porque..., ¿ en qué se basa la auténtica FE cristiana ?
Precisamente en la confianza ciega, en la existencia de Dios en Su Palabra, en Sus Obras. Y si no, ¿en qué se basó Nuestra Madre la Virgen María, para aceptar las palabras trasladadas por el Arcángel?
Sí, en la confianza, y crió a su hijo Jesús, basada en la confianza de lo que debía ser y tendría que sufrir, y Jesús predicó basado en la confianza que lo que el Padre había dispuesto para él para llevar a cabo la misión que le había encomendado. Y Él no falló a esa confianza, y cuando lo hizo o dudó, ahí estuvo Su Padre para perdonarle, porque el perdón no se entiende si no es recíproco.

Y ahora se me viene a la memoria una película navideña llamada " St, Claus in the street Nueva York", en la cual precisamente en una de las escenas finales se habla de que, "si tenemos confianza en la existencia de Dios sin haberlo visto, porqué no hemos de confiar que verdaderamente existe St. Claus.

No podemos andar por la vida diciendo "en este confío, en este no" o "te doy mi confianza, te quito mi confianza".

Hay que ser valientes, estar dispuestos a arriesgar, a poner la adrenalina de nuestra moral, nuestra ética y nuestro espíritu al límite, porque seguro que tras haber corrido el riesgo de CONFIAR y dar oportunidades a otros sin conocerle en demasía, no seremos más débiles, sino más fuertes por haber sido capaz de hacer o recapacitar sobre lo único importante en la vida: El ser humano, uno mismo y los otros.




martes, 14 de febrero de 2012

PERSONALIDAD Y CARÁCTER o LA JUVENTUD Y LA MADUREZ

autor: rubénalonso para flickr yahoo

¿Cuantas veces en este camino tantas veces recorrido, le he pedido a Nuestro Señor, volver o no dejar de ser aquel chaval de 16 o 18 años?

Esa es mi lucha interna, pues en la vida te encuentras con todo tipo de personas, aquellas que te entienden, aquellas que ven en ti a un niño y en otras ocasiones a un gran desconocido. Son aquellos momentos en que personalidad, es decir corazón y alma, se confunden con el carácter, es decir con el "yo" humano y/o animal.

Controlar esos sentimientos y sensaciones no es cosa fácil, luchando cada día porque lo primero no se vea superado por lo segundo.

Aquellos años en los que puse a Cristo por delante mía, aquellos años en los que decidí que Él fuera mi guía y compañero de camino, fueron de mis muchos años, los mejores; lo sentía tan cerca, tan vivo, tan presente, que ahora que se han multiplicado aquellos años, he visto como, mis obligados encuentros con la variopinta sociedad, han ido amoldando, no ya tanto mi personalidad, pero sí mi carácter, de ahí que para algunos sea un desconocido y que otros vean en mí aquel adolescente que conocieron en tiempos.

Pero esto es lo que tiene la madurez bien entendida, aquella que solo aquellos que se preocupan por "crecer" cada día como persona, son capaces de entender y reconocer. Es decir es buscar día a día el cómo crecer en persona interna, aquella de la que tantos se olvidan, o incluso desconocen, porque no quieren esa batalla, prefieren dejar que el carácter forme su personalidad, algo que para mí es secundario.

Es decir, hay quienes juegan a sentirse maduros con una serie de estereotipos con los cuales intentan más, ocultar sus defectos que demostrar lo que realmente son. Yo prefiero ir a pecho descubierto. Sentir el frío y el calor, el daño y el cariño en mi propia piel, sufrir como adolescente, más que cubrirme de una armadura de falsa madurez.

No repetiré las palabras de Jesús, pues parecería demasiados trilladas, aunque... ¿cuándo sobran las palabras, las enseñanzas de Jesús?

Estamos en fechas carnavalescas, y yo continúo en mi propio camino interior. Pensando en ello, quizás por mis anteriores palabras, y quizás ahora entienda el porqué me gusta tan poco el carnaval, las máscaras, los disfraces, aquellas y aquellos que tantas personas usan a diario, como si para ellos fuera carnaval todo el año, viviendo en una vida de antifaces si boquetes, que les ayuden a no ver la realidad que les rodea, para seguir viviendo en su festivo mundo. Yo, por mi parte, seguiré peleándome conmigo mismo, con mi camino, con mi día a día y con aquellas cosas de la vida que realmente tienen importancia.Seguiré cada día rogándole a mi Buen Amigo por seguir siendo un adolescente en cuerpo de maduro y porque mi carácter no gane a mis sentimientos, para con ello ayudarme a extraer de mí lo que aún me queda por descubrir, para lo que espero, llegado el momento, seguir contando con todos quienes estáis ahí afuera, porque sin vosotros, no sería posible una de las premisas de mi vida: Conocerme a mí mismo e intentar conocer a los demás. En definitiva cumplir aquella promesa que hice en mi pubertad: Dar cuanto reciba, pues lo recibido fue gratuito y entregado por Dios con la obligación de seguir regalándolo, como Él me lo regala.

martes, 7 de febrero de 2012

UNA SEMANA MÁS DE CAMINO

De nuevo por estos lares, para comentaros mis últimas pisadas en este camino que he vuelto a retomar, quizás a regañadientes o quizás porque esta sea la única salida. La verdad no lo sé. Cada día al acostarme repaso los momentos del día, cuanto ha acontecido en mi caminar, aquellas cosas que he podido observar a mi alrededor o aquellos mugidos, trinos y sonidos varios que han llegado hasta mí o me han acompañado.

En los últimos días, me ha sucedido algo, que aunque conocido de otras ocasiones en que me he visto en este camino, me sigue pareciendo extraño, difícil de entender o quizás demasiado claro en su comprensión, para ser entendido. Me refiero a que, por más veces que ando el camino, hay ocasiones, como las vividas en los últimos días, en las cuales pareciera que el camino, ya tan trillado, me pareciera extraño, desconocido o quizás yo me sienta extraño en este mi camino.

No sé, la verdad, es una sensación tan extraña, los árboles siguen siendo los mismos, aunque hay alguno nuevo que ha crecido a la sombra de otro, las piedras siguen siendo las mismas, quizás alguna nueva llegada de no sé donde, quizás abatida por la lluvia o el viento, y se ha venido a posar junto a otra mayor, las indicaciones, si bien algo más desgastadas, siguen en el mismo sitio, por tanto ¿Porqué me siento extraño? ¿Porqué esta desazón que me invade, como si el camino en sí quisiera apartarme del mismo? Es como si no me quisiera en él.

Busco respuestas a mis interrogaciones cada noche, y solo encuentro una respuesta: El destino.

Todos hemos de caminar hacia el mismo final, quizás algunos hayan encontrado el camino llano, sin vientos y lluvias de cara, sin un sol que te reseca la piel y los labios, con fuentes donde refrescarse a cada poca distancia. Pero entonces me pregunto ¿porqué me ha tocado a mí coger este camino?, quizás sea cosa del destino.

Hay que acatar lo que el destino nos depara, pues es el mismo destino el que te forja el camino y, quizás, solo quizás, aquellos que nos curtimos en un camino más áspero, nos fortalezcamos para las adversidades, a  diferencia de aquellos otros que solo han conocido, por así decirlo, el camino dulce, sin demasiadas cuesta arriba o que han encontrado la vereda fácil para esquivarla.

Pero bueno, todo sea por encontrar algo realmente importante en la vida, seguiremos poniendo un pie delante de otro en la búsqueda de la razón, la verdad, la fe, aunque los hados y el destino en ocasiones quieran hacerme creer que soy extraño, en este camino que siento como mi casa.

khalimpresiones.blogspot.com