martes, 27 de diciembre de 2011

YA PASÓ, ¿CÓMO PASÓ? Y AHORA ... ¿QUÉ?

Pasó el 24 de diciembre y el 25 también, ya bajan las notas de los villancicos, y suben las notas de los cajeros, ya todo pasó para la inmensa mayoría, me atrevería a decir, ya todo pasó.

Cada uno lo celebró como pudo, supo y tuvo.

En mi caso personal, en familia, con mi familia, como hace 23 años, vengo celebrándolo y desde hace los mismos, con "un catavino de más". Sí uno más, que no es lo mismo que "una copa de más" que también podría entenderse así. Viene dado a que en mi concepción de la Navidad - Nacimiento= Vida,  Muerte = Vida, siempre he pensado y mi familia conmigo, que si los nuestros, los que dicen algunos "que ya no están", siempre lo sentimos con nosotros, esa noche, una noche tan especial, como en otros tantos momentos especiales de nuestras vidas, "ellos" también están con nosotros y con nosotros brindan, por quien nace y a su vez cumple años.

Cada año, hemos de nombrar, alguno nuevo, pues los años pasan para todos. Pero este año, además nos hemos acordado de alguno en especial que, aún estando entre nosotros, lucha cada día por sumar un día más a sus ansias de vida, esa vida que desde nuestra memoria intentamos de insuflar con nuestro recuerdo más afectuoso y cariñoso, pues aún sabiendo que existe otra vida y mejor que ésta, nos sumamos a los deseos de todos los suyos, en esa esperanza que todo cristiano ha de tener en que todo depende del mismo que nos puso sobre la tierra.

Ahora, a pasos agigantados, se acerca el ocaso de un año, que para unos será de grato recuerdo y para otros de amargas experiencias, pero como decía al principio, se nos abre un nuevo nacimiento, una nueva puerta, un nuevo amanecer lleno de esperanza para todos, para unos para continuar en su camino de gracia y para otros en el máximo deseo porque la luz entre en sus vidas e ilumine las oscuridades que el año que se nos marcha ha ido dejando.

Todos hemos de poner de nuestra parte, todos, nadie está en el poder de la razón y la verdad, sólo El que nos ha nacido y con Él Su Padre, el nuestro, la tiene y siempre está por descubrir. Ese es nuestro camino, el de la búsqueda, el del misterio, sabedores que en nuestra lucha diaria - ya lo dijo Jesús, "vengo a traer la espada" - está y se encuentra nuestra salvación. Es nuestro día a día, nuestra labor, sabiendo, como comenté en otro artículo, que aquellos que tras la lucha no encontremos los premios que esperamos, sabemos y esa es nuestra Fe, que el mismo se encontrará al final de nuestro camino, tal como se nos prometió en el Sermón de la Montaña.

FELIZ 2012, PRÓSPERO NUEVO AÑO Y MIS MEJORES DESEOS PARA TODOS, SÍ PARA TODOS SIN EXCEPCIÓN, CADA UNO SABRÁ COMO GESTIONAR AQUELLO QUE SE NOS DA, PORQUE COMO SIEMPRE SUELO DECIR, "NADA NOS PERTENECE, TODO NOS VIENE DADO POR DIOS Y POR ESO MISMO ESTAMOS EN LA OBLIGACIÓN DE DEVOLVER LO QUE SE NOS HA PRESTADO"

miércoles, 21 de diciembre de 2011

ALEGRÍA, ALEGRÍA NOS NACE EL SALVADOR

Que poco queda para que un año más celebremos la llegada de nuestro Salvador. Tiempos duros, tiempos difíciles, donde quizás, la alegría y la felicidad, se abran paso a empujones, viendo a nuestro alrededor lo que tenemos, los acontecimientos diarios.

Son días dicen algunos de alegrarse, de ensanchar el espíritu, de abrir el alma y el corazón, y digo yo que ¿qué haremos los 365 días del año 2012?

Los medios de comunicación no hacen más que presentarnos informaciones, que más que ayudarnos a entender el significado de la Navidad en su amplio sentido, nos inducen más a ver que todo va mal. El cristiano, en estos días, amplía sus miras a que todo tiene un sentido, una razón de ser, un porqué sentirnos felices, de renovar nuestra fe, quizás no en que el mundo cambie, pero sí en que existe un mundo mejor, que nos espera más allá de éste.

Esta es la celebración que a pocas horas celebraremos, en familia, con amigos o en la soledad de algunos que se han quedado solos. Celebramos la llegada de la renovación de nuestra Esperanza, de que algún día veremos hechas realidad las Bienaventuranzas que el que nos nacerá pronunció.

Alegremosno, pues quien nos nace, no nacerá para los que creen en Él y sus misterios, sino para todo ser humano, pues llegado el momento de encontrarnos con Él, no hará distingos, pues bien lo diría posteriormente, "Todos somos Hijos de Dios".

Así que, aprovechar la ocasión, recargar las pilas del alma y del corazón, porque nos nace Dios hecho hombre, El Cristo, Enmanuel, el enviado para alimentar la esperanza, aquella que muchos tienen perdida y que a buen seguro, Su Padre, les tendrá anotados, para hacer realidad en ellos y en nosotros, sus Bienaventuranzas.

Así que sintámosno dichosos, por ser Bienaventurados, e hijos de Dios, solo Él es nuestro dueño y señor, y pobre de aquel que como diría más tarde, sirva  a más de un señor.

Así que Felicidades, amigos, muchas felicidades y a disfrutar cada uno como mejor pueda, la llegada de Nuestro Salvador.

jueves, 15 de diciembre de 2011

VIVIR DEL DOLOR AJENO O DE LAS AVES CARROÑERAS

Cuando llevamos unos días de ésta época denominada Adviento, cuando nos encontramos los cristianos celebrando la tan esperada festividad de la llegada de Nuestro Salvador, cuando, aún a sabiendas que la ciencia ha demostrado que estas no fueron las fechas de su nacimiento, y seguimos teniendo fe en ello y en ella, cuando unos disfrutan del que será el cumpleaños de Nuestro Señor y otros ven las fiestas con tristeza, cuando todo se vuelve una amalgama de sentimientos internos y detalles externos, cuando todo eso pasa, siempre hay gente que pareciera disfrutaran de la tristeza ajena, como si fuente de juventud fuera para ellos, o bien mantienen sus energías a costa del dolor o daño ajeno o lo que aún es peor, causarlo para su propio beneficio, engrandecimiento e incluso regocijo.

Sí, "de todo ha de haber en la viña del Señor", siempre se habla de las ovejas descarriadas, entre las que quizás me encuentre, pero hay quienes pedimos todos los días a Nuestro Salvador, porque nos saque de las zarzas en las que andamos metidos, más por el empuje de ovejas negras o cabrones recalcitrantes - pues de todo hay en el rebaño -  que por nuestro propio descuido.

La vida me va enseñando, que quien más cristiano se cree, quien va más a misa, quien más buena cara pone, quien más cerca de la jerarquía se encuentra, quien cree encontrarse más cerca de Dios, es en verdad el que se encuentra más alejado. Fariseos, pobres fariseos, que con dos tórtolas quieren exculpar las culpas que ni ellos mismos son capaces de reconocerse, por más confesiones que hagan.

Utilizar la pena ajena en beneficio propio, en estos momentos soy incapaz de ponerle adjetivo, porque los que se me vienen a la mente son malsonantes y no tengo ganas de utilizarlos. Causar daño, a sabiendas de que se causa, igualmente no tiene nombre, y lo peor de todo es que hemos de convivir con ello y con ellos.

Verlo, soportarlo, ver como usan sus artes diabólicas de buenas palabras y ofrendas para ganarse el favor de otros.

Los tiempos pasan para todos y habemos algunos que luchamos cada día por adaptarnos y no perder el norte, la razón de que Dios nos pusiera sobre este valle de lágrimas, luchando contra aquellos que buscan su propio beneficio y se alimentan de penas ajenas. Pero hay quienes se resisten a ver que los años pasan, que los cabellos se vuelven grises y que nada o casi nada puede o incluso debe ser como antaño, cuando eran los amos y señores del cortijo.

Me da pena por ellos, pues se les ve solos, siempre buscando entre quienes fueron sus soportes, sin pensar, porque claro de pensar piensan poco, que quizás sean éstos los que les hagan el favor a ellos de darles un rato de charla para que se puedan marchar contentos, creyendo su labor concluida.

En fin amigos, no seamos como buitres, que viven de las carroñas, seamos más ovejas y menos cabrones, seamos más cristianos y menos católicos, seamos más humanos y menos hipócritas, en resumen seamos más quien Dios espera que seamos y menos quien el hombre minúsculo espera fuéramos.

Conseguir las cosas por nuestro propio esfuerzo, pues por pocas que sean y quizás con inmenso esfuerzo, seguro que a la vista de Nuestro Salvador, seremos mejor apreciados que aquellos que utilizan artimañas para conseguir mayores logros en una vida, que tiene los días contados. Así que, llevemos nuestras alforjas más vacías de materialismos y más llenas de humanidades, seguro que esa ofrenda será más del agrado de Nuestro Señor y el humo de la misma suba al cielo al contrario que la de otros que tan solo levantarán un palmo del suelo, para ser ellos mismos incenciados.

martes, 13 de diciembre de 2011

PARA VIDENTES Y OTRAS ESPECIES

El Cristiano, es decir, el seguidor de las enseñanzas de Jesús de Nazaret, aquel hombre que como tal disfrutó y penó, es decir vivió como tal, nos lleva al final para el cual vino. Me refiero a dejar un mensaje de esperanza, de fe en él y su Santo Padre, mediante su resurrección.

Pero antes de llegar a aquel momento, por el que y para el que vivimos, es decir la resurrección, nos dejó su huella en innumerables milagros, huella de creencia de fe en lo imposible, en lo desconocido.

Nos dice la salve que vivimos en un valle de lágrimas, pero no  por ello, hemos de derramar más de las necesarias.

La vida, como dice la canción, da sorpresas, nadie conoce el destino de nadie, solo Dios pone y quita, la vida y la muerte es solo potestad del Altísimo, es por ello, que no debemos creer en que todo, en momentos concretos, nos lleva a un desenlace, valga la redundancia, concreto.

¿Qué sabemos nosotros de la vida? Y mucho menos de la muerte. Ninguno ha vuelto para contarnos y en ningún lugar está escrito a la vista de nadie, los designios divinos individuales de cada ser humano.

Por ello, cuando la vida pareciera que se agota, es el momento para inflar de vida el aire, de mil maneras distintas, pues a veces tendemos a ser como aquellos romanos, que pareciera que con dejar caer en nuestro frasco gotas de lágrimas, ya sentimos más lo que creemos aventurar, cuando nadie sabe el destino de nada ni de nadie.

Siempre he tenido una concepción de la muerte un tanto especial y quizás por ello, sea menos comprendido.

Las costumbres a algunas personas le pueden, sin advertir que quien nos prestó la carne, la reclame llegado el momento. Es decir, llegó el momento más ansiado por el cristiano, en su imitación de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.

Pero mientras llega ese momento, no adelantemos acontecimientos, ni digamos “que nos estamos preparando para lo peor”, pues como ya dije en el comienzo, milagros hizo, siguió haciendo por medio de sus santos y seguirán sucediéndose.

Pues todo en esta vida, tiene una razón de ser y un porqué y no somos nadie para intentar, tan siquiera, aventurar o imaginar lo que a uno, o a otros, le depara el destino, ese destino que tiene nombre: DIOS.

El cristiano, entiendo, vive de su fe y si en algún momento materialmente hablando, flaqueamos en ella, es el momento para recapacitar y volver a replantearse la vida, tal como nos enseñó quien es nuestro guía en un camino, al que por más que queramos, no ha habido quien haya sido capaz de visualizar su fin.